Que la vida de los entrenadores está sujeta a resultados, no hay quien lo dude. Que ademas, los Presidentes nos utilizan a veces como salvoconducto con la afición, también es cierto. Pero la profesión de entrenador también tiene momentos felices llenos de recuerdos emotivos, cariñosos y bonitos.
La pasada jornada fue uno de ellos. Mi actual equipo el Guizhou se enfrentaba a mi ex equipo el Shanghai Shenhua. Los recuerdos de la pasada temporada son innumerables por el buen trabajo que realizamos y por los éxitos conseguidos, destacando sobre todos la clasificación del equipo despues de siete años para jugar la Champions.
Llegar al estadio de Hongkou el dia anterior para realizar el entrenamiento fue emocionante. Primero porque los aficionados me esperaban para hacerse fotos y firmar autógrafos, después los periodistas me saludaban con respeto antes de entrar en la sala de prensa y posteriormente los jugadores y empleados de mi ex equipo me abrazaban con afecto y cariño. Todos esos pequeños momentos son los que hacen a veces este deporte maravilloso. La rivalidad se presentaría el día después durante 90 minutos pero las relaciones humanas siempre he dicho que son importantísimas en este mundo del futbol tan profesionalizado y a veces tan egoísta e impersonal.
Paradójicamente llegamos a esta jornada los dos equipos empatados a 24 puntos. Una situación impensable a principios de temporada. El Shanghai Shenhua se había reforzado por todo lo alto con el fichaje más caro de la historia de la Super Liga China, Carlos Tevez, con la clara intención de asaltar al título que domina el poderoso Evergrande. Por el contrario mi equipo, al cual me incorporé para dirigirlos en la jornada 8 y estando en posiciones de descenso, tiene un objetivo mucho más modesto, salvar la categoría después del ascenso a primera de la temporada pasada.
Preparamos el partido con una buena mentalidad y con una idea muy firme, no había que tener miedo a un rival mas poderoso que nosotros. Teníamos las ideas muy claras, la forma de jugar y como anular a sus jugadores más importantes. El ambiente de los aficionados en el estadio me traían recuerdos inolvidables vividos el año anterior. El partido llegó al descanso con empate a cero y con un remate al poste por parte de cada equipo. En el descanso les dije a mis jugadores que había que ser mas atrevidos en ataque y realizar el juego de transición defensa ataque con más velocidad y sobre todo que había que llegar muy bien fisicamente al final. Du Wei marcó el primer gol a la salida de un córner y posteriormente nos hicimos dueños del partido. Tuvimos ocasiones claras para marcar pero no fue hasta los minutos finales cuando Rubén Castro marcó los dos goles que ponían un justo marcador 0-3 al final del partido.
Una gran victoria ante un gran equipo en un gran Estadio. Una gran victoria que nos permite alejarnos definitivamente de la zona peligrosa del descenso y ver el horizonte mucho mas despejado en las diez jornadas que aún nos quedan de campeonato.
Saludos
Gregorio Manzano Ballesteros
Entrenador del Guizhou Hengfeng Zhicheng, F.C.