Resumir en pocas palabras todo lo vivido en dos años en Beijing es muy difícil, porque cada momento ha sido como una foto instantánea que podríamos ponerle un encuadre justo y saldría un álbum maravilloso. Han sido tantas y tan maravillosas las experiencias y las anécdotas que he vivido que nunca imaginé que a la hora de partir la madrugada del 5 de Noviembre para España aún quedaba la mejor estampa y el mejor recuerdo que nunca olvidaré. Casi medio millar de aficionados del Beijing Guoan me esperaban en el aeropuerto para despedirme. La generosidad, el cariño, el calor, la cercanía y sus muestras de apoyo por el trabajo realizado en estos dos años al frente del equipo hicieron que la emoción se desbordara y saltara de mi interior la parte humana que cada ser llevamos dentro. Me emocione. Porque la felicidad no surge del placer sino de la amabilidad, y el pueblo chino ha sido inmensamente amable conmigo. Nunca lo olvidaré.
Una vez dentro del avión, pasaban imágenes en mi memoria a la velocidad de la luz, comenzando por mi llegada en febrero del 2014, el subcampeonato de la Super Liga, todos los récords del club de toda su historia, el récord de minutos imbatidos (820), el de victorias (7) consecutivas, el récord de 21 partidos invictos, el liderato por primera vez del grupo de Champions, ser por dos años consecutivos el equipo menos goleado de la Liga, el haber entrenado a dos jugadores chinos que dieron el salto a Alemania (Xhize) y a España ( Dudu)y muchas cosas más que han hecho posible que China se haya quedado marcada en mi carrera profesional como una experiencia inolvidable.
Beijing me ha brindado la oportunidad de vivir y conocer a otras personas y a otros jugadores con otra cultura, pensamiento y mentalidad y todos me ha proporcionado otras herramientas morales , emocionales y relacionales de entender mi trabajo profesional y mi vida personal. Tal vez alguna vez merezca la pena ser contado todo lo que he vivido, pero ahora después de dos temporadas y de 80 partidos oficiales dirigidos al frente del Beijing Guoan solo me queda decir muchas gracias a todos de corazón y hasta pronto. Un fuerte abrazo
Gregorio Manzano Ballesteros